5.1-La Guerra Civila española

 

 

Robert Capa, página de la revista Life, vol 3, núm. 2, 12 de julio de 1937

 

La secuencia de imágenes del soldado cayendo moribundo fue utilizada en el reportaje interior, con una segunda imagen de otro soldado derribado en el mismo lugar. Las informaciones de Capa aparecieron bajo llamativos titulares como “La Batalla de Madrid”, en Regards y “Esto es la Guerra”, en Picture Post. La información sobre la Guerra Civil ocupó varias páginas en las que la yuxtaposición de textos e imágenes, el acomodamiento irregular de motivos, el posicionamiento de las escenas al azar, establecieron normas nuevas en diseño.

La Guerra Civil española (1936-1939) se convirtió en un lugar de experimentación, en muy diversos campos, previo a lo que después ocurriría en la Segunda Guerra Mundial. Los reporteros gráficos, en su mayoría con un claro posicionamiento liberal, comenzaron a practicar en España una nueva fórmula de reportaje independiente, donde el fotógrafo pueda acceder a los lugares donde nunca antes había conseguido llegar. Conviene recordar las censuras y las enormes limitaciones existentes durante el primer conflicto mundial y la designación de fotógrafos oficiales que debían someter su trabajo al juicio de las autoridades.

El interés que esta guerra despertó en Europa convocó un nutrido grupo de reporteros extranjeros que comenzarán a curtirse en España, para después cubrir con sus cámaras los principales conflictos del siglo XX.

Sin duda la figura de Robert Capa está unidad a los inicios de la Guerra y a la producción de los más célebres reportajes sobre la misma, aunque debe señalarse el trabajo de algunos reporteros españoles, como Agustí Centelles, cuyas imágenes alcanzarían un Fran nivel narrativo y dramático.

Andrei Friedman (más tarde reconocido como Robert Capa) nació en Budapest, en el seno de una acomodada familia judía. Estudiante rebelde, se relacionó con el Partido Comunista, lo que le llevó a la cárcel y posterior exilio. Friedmann partió hacia Berlin para estudiar periodismo, pero pronto su dinero se acabó y tuvo que emplearse como asistente en a agencia Dephot.

Simon Gutmann, fotógrafo jefe de la agencia, le prestó una Leica para que realizara su primer reportaje sobre el discurso de León de Trotski en Copenhague (1932), que hizo de manera casi fortuita, por n haber otros fotógrafos disponibles en aquel momento. El resultado fue lo bastante bueno como para que comenzara a trabajar como reportero. Sin embargo, su estancia en Alemania acabaría en 1933, con la llegada nazi al poder. Emigró a París, donde encontró a otros muchos fotógrafos, entre ellos dos se convertirían en sus amigos inseparables: Chim y Henri Cartier-Bresson. La presencia de un nutrido grupo de fotógrafos extranjeros que huían de este, junto a los ya instalados en un país de tradición fotográfica, hizo difícil encontrar rápidamente un trabajo.

En París, también encontró a la joven polaca Gerda Taro, que trabajaba para una agencia fotográfica, juntos crearon la leyenda de Robert Capa: Taró fingió ante todo Lucien Vogel, redactor de Vu, ser representante de un famoso reportero norteamericano llamado Robert Capa, que se encontraba de paso en París. Su engaño sería poco después descubierto, pero Capa ya se había ganado el favor de Vogel. Taro y Capa partieron para España nada más empezar la Guerra, uniéndose a ellos más tarde Daniel Seymour “Chim”.

 

 

Robert Capa y Gerda Taro en París, otoño de 1935. Agencia Magnum. Nueva York

Las imágenes de Capa muestran a las personas corriendo apresudaramente en la calle o contemplando ansiosamente el vuelo de los aviones. Capa, mientras los otros huyen despavoridos él se mantiene en su puesto para captar en los cuerpos en movimiento y los rostros atemorizados, la tensión del momento. Hará célebre la máxima: “Si tus fotografías no son lo suficientemente buenas, es porque no estás lo suficientemente cerca”

Un momento amargo para Capa fue la muerte de su pareja Gerda Taro, aplastada por un tanque en Brunete, cuando regresaba de cubrir el frente en Guadalajara. Según sus biógrafos, nunca llegó a recuperarse de este fallecimiento y afirman tienen que ver con su arriesgada y particular forma osada de vivir su trabajo como reportero en sucesivos conflictos, La Segunda Guerra Mundial, la Guerra de Corea y la de Indochina, donde encontró la muerte al pisar una mina.

La labor de Taro como reportera no está muy delimitada aún, puesto que sus constantes trabajos en común con Capa y Chim han hecho difícil la tarea de diferenciar la obra realizada durante la Guerra Civil española de unos y otros. Sus reportajes se publicaron fundamentalmente en Ce Soir y Regards.

Robert Capa, página de la revista Life, vol 3, núm. 2, 12 de julio de 1937

David Seymour (alias Chim), de origen polaco, estudió litografía, técnicas de imprenta y fotografía en Leipzig. Para completar sus estudios viaja a París, pero la imprenta familiar tiene que cerrar y comienza a trabajar para David Rapapaort, que tiene una agencia fotográfica. Su trabajo durante la Guerra Civil española será muy puntual y se publicará en la revista Norteamérica Life. Más adelante colaborará con Vu, Ce Soir y Regards. Emigra a EEUU y allí cambia su apellido por el Seymour. Durante la Segunda Guerra Mundial realiza interesantes fotografías aéreas. Miembro fundador de la agencia Mágnum, falleció en Suez mientras cubría los enfrentamientos producidos por el control de Canal.

Henri Cartier-Bresson también estuvo durante el conflicto español, pero no realizó ninguna fotografía, sino que filmó el documental Victorie de la vie, sobre los hospitales republicanos.

Junto a este conocido trío de autores, también debe mencionarse el trabajo de otros corresponsales extranjeros, como el francés Albert-Louis Deschamps, adscrito a la plantilla fotográfica de L´Illustration, que realizó el seguimiento del final de la Guerra Civil. Imágenes técnicamente buenas, pero carentes de implicación personal, siguiendo finalmente la información del bando franquista.

Los reporteros españoles durante el conflicto se centraron fundamentalmente en bando republicano. Entre ellos destaca Agustí Centelles, que desde my joven se había introducido en el reportaje gráfico. Trabajó para los semanarios barceloneses El Día Gráfico y El Diario de Barcelona. Sus magníficas fotografías del frente catalán durante la Guerra, que tomó con su Leica al modo del reportero moderno, serán impactantes pero aún hoy son, sin embargo, menos valoradas que las realizadas por los corresponsales extranjeros. Su participación en los Servicios Fotográficos del Ejército catalán le llevó al exilio hasta 1944. A su regreso, se dedicará al trabajo publicitario.

En 1939, se fundaría la agencia Hermanos Mayo, compuesta por lo hermanos Paco, Cándido y Julio Souza, además de Faustino del Castillo. La familia Souza, auténtico nombre de los Mayo, de origen gallego, se traslada a Madrid en los años 20. El mayor de los hermanos y fundador de esta agencia. Paco Souza, inica su trayectoria fotográfica realizando fotografías aéreas como piloto. En 1931 abandona el ejército y se vincula a publicaciones de filiación izquierdas: Mundo Obrero, Renovación, que le obligan, al ser perseguido tras varios repotajes sobre Dolores Ibárrui “La Pasionaria”, a cambiarse el apellido por el de Mayo. Durante la Guerra Civil, Paco y Julio cubren los frentes del Ebro, Teruel, Paracuellos y Valencia. Al finalizar la Guerra, Paco, Julio, Faustino y Cándido emigraron a México, donde llevaron la Leica y la experiencia del reportaje  aprendida en España. Una vez allí su primer trabajo como fotógrafos fue el de retratar a todos los emigrantes que llegaron con ellos a bordo del Sinaia.

Un caso digno de mencionar es el de Antonio Campaná Bandranas, fotógrafo formado por el pictorialismo, que colaboró con reportajes en diversas revistas de la época; por expreso deseo suyo las imágenes que realizó durante la Guerra Civil permanecen aún inéditas.

Otros autores españoles que fotografiaron el conflicto fueron Alfonso Sánchez Portela, Gabriel Casas o José Díaz Casariego.