2.1-Guerra de Crimea 1854-1858

 

Roger fenton y William Henry Jackson, Carromato de Roger Fenton, con Marcus Sparling sentado

Charles Baudelaire diría: 
 
Ningún periódico, ningún testimonio, ningún escrito, ningún     
libro podría expresar tan bien los hechos épicos de esta Guerra
de Crimea en todo su desastroso y siniestro detalle. El ojo se
mueve desde los bancos del Danubio a las costas del Bósforo,
desde el cabo de Kerson a la llanura de Balaklava y sobre los
campos de Inkerman. Desde los campamentos ingleses,
franceses, turcos y piamonteses, las calles de Constantinopla
y los hospitales, a una variedad de solemnes ceremonias
religiosas y militares.

Aunque sus palabras estarían inspiradas en los dibujos, bocetos y acuarelas de Constatin Guys, el hecho es que la importancia que para el público comenzaban a tener los acontecimientos y su retrato más fidedigno, en este caso bélicos como la Guerra de Crimea, hicieron que la aparición de la fotografía diera lugar a un nuevo oficio o, al menos de momento, fuera fuente de inspiración para el trabajo de dibujantes e ilustradores.

La Guerra de Crimea se desarrolló de 1854 a1856, entre los aliados franco-británicos y el zar Nicolás I, que había invadido el imperio otomano. La excusa esgrimida de defensa de los cristianos en territorio turco hizo que algunos historiadores la consideren como la última cruzada. El centro de acción se desarrolló entre la península de Crimea y el mar Negro.

Los más célebres fotógrafos que trabajaron en Crimea fueron Roger Fenton y James Robertson, junto a su ayudante italiano Felice A. Beato.

Roger Fenton es considerado por la historiografía como el primer reportero fotográfico, aunque con su trabajo se hablara de reportaje de la “falsa guerra”, pues no aparecían muertos en las imágenes que se publicaron.

Fotógrafo oficial del museo Británico, su buen trabajo allí le llevó a obtener el encargo de la firma Thomas Agnew & Son, junto al apoyo de la Secretaría Británica de Guerra y del mismo príncipe Alberto, para fotografiar el conflicto de Crimea, aunque él no sería el primero en realizar allí fotografías.

En marzo de 1854, un fotógrafo amateur, Gilbert Elliott, realizó varias fotografías de las fortalezas de Wingo en el mar Báltico, a bordo de Hecla, el mismo barco que llevó a Fenton y a su ayudante Sparling a Crimea once meses más tarde. Las fotografías de Elliott, muy alabadas en su época por su técnica, finalmente se perdieron.

Otro de los pioneros en Crimea fue Richard Niklin, fallecido junto a sus ayudantes y todo su equipo en el naufragio del Rip van Winckl, hundido por un huracán el puerto de Balaklava, en noviembre de 1854.

De trabajos anteriores a Fenton en Crimea destaca el de dos oficiales ingleses, Brandon y Dawson, formados en Londres por el fotógrafo Aldeman Mayall para que registraran fotográficamente la toma de alzados topográficos en Sebastopol. Aunque consta que realizaron fotografías a lo largo de todo el conflicto, no ha quedado muestra alguna de este trabajo.

Fenton desembarcó con su carromato junto a su ayudante Marcus Sparling a principios de marzo en Balaklava. Llevó cinco cámaras, más de setecientas placas de cristal, repartidas en treinta cajas que, a su vez, para más seguridad y amortiguar los golpes, se guardaban en otra caja de madera más grande. De las setecientas placas que llevó, sobrevivieron trescientas cincuenta, en las que aparecen retratos oficiales y soldados, así como del campo de batalla de Balaklava.

La correspondencia completa que se conserva de Fenton constituye un testimonio de primera man acerca de su trabajo, del de de dibujante y corresponsales, así como de la vida cotidiana en el frente. En las cartas dirigidas a su editor, describe detalladamente su trabajo que tiene que efectuar en unas condiciones extremas. La emulsión de colodión húmedo se resecaba rápidamente antes de su exposición a la luz, cuyo tiempo podía oscilar entre los 20 y los 30 segundos.

Con estas condiciones de trabajo, en escenarios llenos de pólvora y humo tratándose de materiales fotográficos aún demasiado frágiles para ellas, a Fenton sñolo le quedaba el retratar las huellas dejadas en el campo de batalla. El Times llegaría a escribir: “El fotógrafo que sigue la senda de los ejércitos modernos debe conformarse con las condiciones de reposo y con la naturaleza muerta que queda cuando el combate termina”. Si hasta entonces lo pintores románticos habían mostrado en campo de batalla en todo el fragor de la batalla, el movimiento, la fuerza de los combatientes, las imágenes de Fenton por el contrario resultaban demasiado frías y descriptivas.

Algunos historiadores mantienen que el carácter de encargo oficial que tuvo este trabajo fue la razón de la frialdad y el control de las imágenes. Hasta la llegada de Fenton, las informaciones que llegaban del enviado del Times, William Russell, estaban llenas de detalladas descripciones que inducían a una cierta visión fatalista del conflicto y sobre todo de la pésimas condiciones de los soldados, que llegaban a carecer hasta de uniformes que les protegieran de las bajas temperaturas. Además del interés del público y del editor por enviar un fotógrafo a la Guerra de Crimea y publicar los dibujos inspirados en sus fotografías, no cabe duda de que la implicación en el encargo del Gobierno y la Corona británica para que las imágenes ofrecieran un testimonio algo más positivo del conflicto para la opinión pública debió influir en el trabajo de Fenton, que tuvo que buscar el equilibrio entre obtener la imagen más objetiva y veraz del conflicto y evitar mostrar todo el horror del campo de batalla. Esta particular estética conseguida por Roger Fenton tiene como claro ejemplo la imagen de los soldados adormecidos bajo una batería de artillería en el Valle de la Sombra de la Muerte.

Las fotografías de Fenton que sirvieron de originales para posteriores grabados xilográficos se publicaron en el Illustrates London News y posteriormente en otras revistas europeas.

El 20 de septiembre de 1855, más de trescientas fotografías de Roger Fenton se exhibieron en el Water Colour Society de Londres. La firma Thomas Agnew & Sons publicó 337 fotografías montadas sobre cartón, individualmente o en series. Apareció un conjunto de 160 fotografías bajo el título Photographs taken under the Patronage of Her Majesty the Queen in the Crimea by Roger Fenton, Esq. Otras 159 fotografías aparecieron agrupadas en distintos álbumes bajo los títulos de: Historia Portraits Gallery; Views of the Camp, scenery, e Incidents from Camp Life 

 

 

También se editaron dos panoramas: The Photografic Panorama of the Plateau of Sebastopol y Photografic Panoramas of the Plains os Balaklava and Valley of Inkermann.

Tras la Guerra de Crimea, Roger Fenton volvió a ejercer la abogacía y dedicó los últimos años de su vida a fotografiar su país.

Otro de los relevantes fotógrafos que participaron en la Guerra de Crimea fue James Robertson en el frente de Sebastopol, aunque los críticos no le han otorgado tanto valor como a la actuación de Fenton. De origen escocés, Robertson comenzó su trayectoria como grabador. En 184 se trasladó a Constantinopla como Superintendente y Grabador Jefe de monedas. Comenzó a interesarse por la fotografía a partir de 1841. En 1853, Robertson comienza a fotografiar junto a Felice Beato y, un año más tarde, abrió un estudio fotográfico en Pera, el barrio de los genoveses en Constantinopla. Respecto de la relación comercial entre ambos fotógrafos, existen ciertas lagunas documentales. A partir de los años 50, algunas de las fotografías realizadas por ambos aparecían firmadas como “Robertson & Beato”, otras como “Robertson, Beato et Cie (o & Co.)” y otras firmadas independientemente: o bien por Robertson o por Beato. Además de Felice Beato, también su hermano Antonio colaboró con ambos fotógrafos en sus expediciones fotográficas en Malta, en Grecia y en Jerusalén. Además, en 1855, Robertson se casó con la hermana de Felice Beato, Matilda.

Ese mismo año, Robertson y Beato viajaron a Balaklava, donde pudieron ver el reportaje que sobre la Guerra de Crimea había realizado Roger Fenton. Tomaron varias placas de colodión de la caída de Sebastopol en septiembre. Robertson publicó su trabajo en Inglaterra y en Francia a lo largo de toda la década de 1850.

Pero éste no sería el único conflicto que ambos retratarían.  En 1857 marcharon a la India para fotografiar la rebelión de los Cipayo y el sitio de Lucknow, aunque algunas fuentes afirman que Beato trabajó allí solo. Quedan pruebas de los reportajes que Robertson y los hermanos Beato realizaron en Palestina, Siria, Malta y El Cairo.

La firma Robertson & Beato se disolvió en 1860 y Robertson volvió a sus trabajos como grabador para el imperio otomano hasta su retiro en 1881. En esa fecha se trasladó a Yokohama, donde moriría en 1888.

Además de Roger Fenton y de James Robertson, un pintor especializado en pintar batallas, el coronel francés Jean-Charles Langlois, también estuvo el conflicto y , tras meses de trabajo, con ayudad del arquitecto Léon-Eugène Méhédin, realizó un panorama fotográfico circular compuesto por 14 fotografías y destinado a formar parte de un gran panorama: La Toma de Sebastopol.

Otro dibujante, colaborador de L´Illustration, James-Baptiste Durand-Brager, realizó 48 vistas al colodión, impresas en París en la imprenta de Lemercier.

 


Una respuesta to “2.1-Guerra de Crimea 1854-1858”

  1. […] la fotografía su medio de vida. No creo que sea algo negativo, afortunadamente ahora no tenemos que humedecer cada placa en una caravana llena de químicos inflamables antes de cada fotografía. La evolución técnica es imparable, la opción romántica de apearse […]

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