2.2-Segunda Guerra del Opio, 1856-1860

 

 

 

Felice Beato, Interior del fuerte Bakú.1858. Albúmina, University of Texas, Austin

 

Felice Beato, veneciano y naturalizado británico, trabajó como Robertson en Crimea, siendo éste su primer trabajo como reportero en un conflicto bélico. Reportero infatigable, a diferencia de Robertson, Beato continuó viajando por el mundo e hizo de los conflictos y rebeliones uno de sus objetivos. Después de la rebelión de los Cipayos, se marchó a China en 1860, donde retrataría los desastres causados por la Segunda Guerra del Opio.

Desde que desembarcaran en Hong-Kong, en marzo de 1860, no dejó de tomar fotografía de la ciudad y sus alrededores. Allí encontró a Charles Wirgman, artista y corresponsal del Illustrated London News, y juntos viajaron con las fuerzas armadas anglo-francesas hacia la Bahía de Talien, luego a Pehtang y a los fuertes de Taku en la desembocadura de Peiho. Siguieron hacia Pekín hasta llegar al palacio de Qingyi Yuan. Las fotografías que a lo largo de todo el viaje realizó Felice Beato sirvieron de inspiración tanto a Wirgman como a otros grabadores corresponsales en la Guerra del Opio.

El trabajo de Felice Beato constituye un retrato directo y objetivo son la autocensura subyacente en las fotografías de Fenton, además de estar perfectamente documentado y seriado.

Su obra tiene una clara intención narrativa: hay días que realiza diversas tomas de un mismo escenario antes, durante y después del paso de las tropas.

La muerte está presente en sus imágenes, como en la serie de fotografías de la toma del fuerte de Bakú, pero tan solo en el caso de las víctimas del lado chino, ya que nunca fotografió a soldados británicos o franceses fallecidos. Esta parcial visión de los fallecidos en combate, a pesar de la crudeza de las imágenes, también poseía un claro objetico en una doble lectura: la primera y la más inmediata era la presencia de la poderosa fuerza británica frente al enemigo y la justificación de la Guerra del Opio; la segunda, que en consecuencia, esta guerra era alfo irremediable, dada la superioridad británica, cuya sociedad estaba defendida por un magnífico ejército, contaba con impecables administradores coloniales, avezados comerciantes y pudientes turistas. Era un paso más en línea ideológica del trabajo que debía desempeñar el reportero fotográfico, que ya había iniciado en Crimea Roger Fenton.

Otro de los célebres reportajes de Beato durante esta guerra fueron las imágenes del palacio Qingyi Yuan, suntuosa residencia de verano del emperador, antes de ser destruida, en represalia por la muerte y tortura de una delegación diplomática aliada a instigación del emperador Xianfeng.

Beato regresó a Inglaterra en 1861, pero antes de regresar retrató a Lord Elgin y al príncipe Kung, durante la Convención de Pekín el 18 de octubre de 1860, que puso fin a la Segunda Guerra del Opio.

 Uno de los grandes méritos de Felice Beato consistió en superar las limitaciones de este tipo de trabajo con los medios técnicos entonces vigentes. Dominar el complejo sistema de tomas fotográficas con el colodión húmedo no era tarea fácil y su experiencia anterior le ayudó a perfeccionar su método de trabajo.

A diferencia de Fenton, la necesidad de un tiempo relativamente largo de exposición de las placas impuso a Beato una cuidad composición previa a la realización de sus fotografías. Esta meditada forma de trabajar no sólo se plasmó en sus imágenes en el frente, sino que también quedó evidenciada en sus retratos.

Una de las peculiaridades del trabajo de Beato es que solía reproducir sus primeras copias. Para ello fijaba con alfileres las primeras albúminas sobre una tabla y las volvía a fotografiar. Así, por una parte se aseguraba una copia negativa por si se rompía la placa original y, por otra, duplicaba el beneficio comercial en la venta de imágenes.

También fue pionero en el coloreado a mano de copias y en la elaboración de panoramas. Es posible que Beato aprendiera esta técnica de Charles Wirgman. Además, fueron varios los panoramas espectaculares que produjo donde el ensamblaje de diferentes fotografías requería de una gran maestría técnica.

 Entre noviembre  de 1861 y 1863, año en que Beato se trasladó a Japón, se interesó por la explotación comercial de sus fotografías de India y China. Sólo durante el mes de noviembre de 1861 llegó a vender más de cuatrocientas fotografías en el establecimiento de Henry Hering, fotógrafo comercial de retrato londinense, quién después las duplicó y revendió. En 1886, Beato llega a Yokohama, donde iniciaría una etapa más comercial de su carrera.

Retomó su trabajo como fotógrafo en 1871, durante la expedición naval del almirante Rodgers en Corea, siendo una vez más pionero, con las primeras fotografías de este país y de sus habitantes.

Tras vender la mayor parte de sus acciones a la firma de Stillfried &Andersen, Beato se retiraría de la fotografía durante algunos años. En 1884 abandonó Japón y se instaló en Egipto. Algún periódico japonés atribuyó a la ruina su salida del país, entre 1884 y 1885 fue fotógrafo oficial de los cuerpos expedicionarios a Sudán, conocidos como el barón G.J.Wolseley. Lamentablemente, ninguna de las fotografías tomadas durante la expedición han llegado a nuestros días.

Tras un breve paso por Inglaterra puso rumbo a Birmania, donde abriría un nuevo estudio fotográfico en 1896. Desde entonces y hasta su fallecimiento, los datos en torno a su biografía son confusos. Algunos autores consideran que abandonó el oficio en 1899, pero no fue hasta enero de 1907 cuando se liquidaría su compañía, y se cree que falleció poco tiempo después 

 


Una respuesta to “2.2-Segunda Guerra del Opio, 1856-1860”

  1. […] Felice Beato en reportajegrafico [1f], […]

Deja un comentario